Alimentación

La alimentición es un gran tema, pues algo tan cotidiano y normal, puede convertirse en tu peor enemiga. Saber alimentarse es importantísimo, ya que muchas veces no tenemos idea de qué tipos de alimentos nos estamos llevando a la boca, ni las consecuencias que éstos pueden llegar a tener para nuestro organismo. Por ello te entregaremos algunos consejos que te ayudarán al momento de preparar tus comidas, desde la higiene, hasta nuevas recetas para tu mesa.

Beneficios que aporta el consumo del pan integral en tu dieta diaria

1. Importante aporte de fibras, vitaminas y minerales: Cuando consumimos panes hechos con materias primas refinadas, obtenemos la energía del almidón, pero perdemos la fibra, vitaminas B1 y B2, minerales como hierro y fósforos, proteínas completas y ácidos grasos, que sí nos aporta el pan integral.

2. Disminuye el riesgo de padecer las siguientes afecciones:
- Enfermedades cardiovasculares, ya que la fibra disminuye el colesterol malo, reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol bueno.
- Cáncer, especialmente el colo-rectal.
- Diabetes: disminuye la velocidad de la absorción de la glucosa.
- Obesidad: las fibras brindan mayor sensación de saciedad.

3. Mejora el funcionamiento intestinal: Gracias a su alto contenido en fibras, el pan integral ayuda a regularizar el tránsito lento, previniendo la constipación. Es por esto que se considera un alimento que favorece a la digestión.

4. Tiene las mismas calorías que el pan blanco, pero aporta tres veces más fibras: Mientas que 2 rodajas de pan blanco aportan 120 calorías y 1,3 gramos de fibras, la misma porción de pan integral contiene igual número de calorías y 3,5 gramos de fibras.

5. Todo su poder nutritivo puede ser aprovechado por los niños desde edades muy tempranas: Los especialistas recomiendan incorporar alimentos integrales en la dieta infantil a partir del séptimo mes de vida por sus propiedades esenciales para el crecimiento y desarrollo de los niños.

Grasas Buenas

Nuestro organismo necesita el consumo de grasas para que funcione correctamente. El punto no está en evitar el consumo de grasas, sino más bien saber identificar las grasas buenas. Aquí te guiaremos para que sepas qué alimentos las poseen y cuáles poseen grasas malas.

Los ácidos grasos saturados (grasa mala) cuando son consumidos frecuentemente y por mucho tiempo, nos pueden aumentar el nivel de colesterol en la sangre y con ello provocar enfermedades cardiovasculares, entre muchos síntomas desagradables. Encontramos esta grasa mala en la carne, en los embutidos y la mantequilla. De los ácidos grasos monoinsaturados, el más representativo es el oleico, y lo encontramos en el aceite de oliva, las aceitunas y la palta. Su consumo regular nos ayudará a regular y a aumentar el colesterol bueno.

Los ácidos poliinsaturados son esenciales, ya que no los podemos producir y son vitales para el buen funcionamiento del organismo para que se desarrolle con normalidad. Entre los ácidos grasos poliinsaturados está el omega-6. El linoléico, que es abundante en el aceite vegetales de las semillas, las margarinas elaboradas con aceites y los frutos secos. Dentro de los omega-3 lo podemos encontrar en los aceites de soja. 

Fuentes naturales de Calcio

Consumimos calcio a través del agua que bebemos y a través de ciertos alimentos, en especial los lácteos, como la leche y sus derivados. En particular los quesos son el lácteo con mayor proporción de calcio por unidad de peso.

Por otro lado también son fuente de calcio: los frutos secos, las legumbres la yema de huevo, los vegetales de hoja verde como el brócoli y espinacas, mariscos, entre otros.