Belleza

Sabernos y sentirnos bellas

El concepto de belleza es tan antiguo como la humanidad. La atracción por lo bello, el sentido de la belleza, es algo innato en todos nosotros, ya que nunca pasarán desapercibidos ante nuestros ojos un atardecer, una flor, el trino de un pájaro, una sinfonía, la voz de un niño, una pintura o cualquier otra cosa que estimule nuestros sentidos provocándonos placer visual o auditivo.

La belleza no tiene que ver con cánones preestablecidos, como algunos suponen. Lo que para ti puede parecer bello, para mí bien puede no serlo.

La belleza es algo muy subjetivo y bien puede responder a las necesidad filosóficas de un contexto histórico, ser reconocido y luego ignorado. La belleza, por tanto, es ante todo una experiencia individual. ¿Por qué no conformarnos con la aceptación personal?

En nuestro caso, sabemos qué partes de nosotras nos gustan y nos parecen bellas. Entonces se tratará de aprender a realzar, ya sean nuestros ojos, nuestro pelo, nuestras manos. También conocemos qué nos gustaría disimular, atenuar o simplemente mejorar en nosotras mismas.

 

No olvidemos nunca que el maquillaje, el vestuario y los accesorios que usemos tienen la misión de ayudarnos a complementar lo que es escencial: nuestra belleza interior, porque el sólo hecho de ser mujeres ya nos hace bellas y únicas.

Belleza y cultura

 

En las diversas etapas de la historia se han ido imponiendo diferentes cánones de belleza, y muchos hombres y mujeres se han visto obligados a seguirlos y cumplirlos. En algunos casos, adaptarse a ese patrón de belleza ha supuesto y supone un riesgo para la salud. Procura no caer en situaciones extremas. 

Pensamientos...

La belleza de una mujer debe ser vista mirando a sus ojos, porque éllos son la puerta a su corazón, a su alma, el lugar donde reside el amor.